Por Sebastián Casabé
Anchoita restaurante fue el lugar elegido por Viña LasPerdices para presentar sus nuevos ejemplares que formarán parte de su ya conocida línea “Exploración” que, como eje principal, busca redescubrir regiones vitivinícolas y cepas poco tradicionales de limitada producción.
Juan Carlos Muñoz, encargado de la gerencia enológica, Nicolás Muñoz, gerente administrativo, Aníbal Marín, director comercial y Fernando Losilla, enólogo, fueron los encargado de presentar en una charla amena y distendida las últimas novedades que integrarán el amplio portfolio que Viña Las Perdices posee.
Como primera novedad presentaron un nuevo rosé de Malbec. Cabe destacar que si bien ya contaban con uno, la idea con este ejemplar, además de reemplazarlo, es comenzar a armar un portfolio para un segmento alto. Su renovado Malbec elaborado como rosado presenta las notas típicas de la variedad (fruta roja al frente y buena frescura). Todos los ejemplares presentados fueron acompañados por diferentes platos pensados para combinar de forma armoniosa. No deben dejar de probar las empanadas de dorado. Una delicia.
Un sobresaliente Sauvignon Blanc pensado para su línea “Exploración” con uvas provenientes del Valle de Casablanca, Chile, fue la segunda sorpresa de la noche. Si bien existen excelentes ejemplares de Sauvignon Blanc en nuestro país, cada variedad, dependiendo su zona de origen, otorgará resultados diferentes. Es sabido el potencial que el Sauvignon Blanc chileno despliega. Esta no fue la excepción. El consejo más simple que puedo brindarles a quienes quieran apreciar las principales diferencias entre dos vinos de una misma variedad es, lógicamente, comparándolos. Si bien muchos Sauvignon Blanc argentinos presentan notas herbales en conjunto con ciertos trazos tropicales, en este caso la nota verde es inconfundible. Espárragos y arvejas en primer plano. Otra de las características más notorias del Sauvignon Blanc argentino es el elevado nivel de acidez natural que presenta. En este caso la encontrarán menos acentuada. En boca notaran mayor volumen en contraposición a los Blanc argentinos que suelen presentarse lineales. Excelente ejemplar para descubrir algo claramente diferente.
A medida que aparecían los cortes de carne, los tintos comenzaron su despliegue. Algo interesante para recalcar es que Viña Las Perdices está trabajando con uvas de diferentes zonas del Valle de Uco a fin de crear ejemplares que expresen las características de cada terruño. La Consulta, Paraje Altamira, Vista Flores y Gualtallary son los lugares elegidos por el equipo enológico.
“Exploración Malbec Paraje Altamira 2016” fue el primer tinto de la noche. Noté un ejemplar que al principio se mostraba tímido pero, con el paso de los minutos (y por un claro y leve aumento en la temperatura de servicio) comenzó a abrirse. En nariz presenta fruta roja por sobre otras sutilezas. En boca fue en donde más se expresaba. La cosecha 2016, por temas climáticos, trajo consigo ejemplares de acidez marcada. Por ende la frescura es lo que predomina en este Malbec. De taninos presentes y bien integrados es un claro ejemplo de cómo los factores climáticos generan una incidencia directa en el resultado final.
El segundo turno fue para el “Exploración Malbec La Consulta 2017”. Notable diferencia (hay un cambio en su añada). Creo que, para el consumidor promedio de Malbec argentino, este ejemplar le será más familiar. En nariz hay fruta negra y notas florales. En boca no tiene punto de comparación con su antecesor. Acidez aplacada, ancho y carnoso. Ambos ejemplares tuvieron una crianza en donde el setenta por ciento del vino pasó un año en barricas de primer y segundo uso (francés en su mayoría). Fue espectacular el poder compararlos.
Quiero destacar que no hubo ejemplares, a mi entender, mejores que otros. La búsqueda del equipo enológico, las zonas elegidas y las diferentes añadas otorgaron perfiles disimiles aún siendo de una misma variedad.
Una titánica mesa de excelentes quesos coronó una noche impecable. En éste caso, el ejemplar elegido fue el gran Riesling con el que cuenta la bodega. Si bien me hubiese gustado probar algún tardío para acompañar esos espectaculares azueles y quesos de cabra, la elevada acidez del Riesling ofrece un contrapunto interesante para equilibrar las sensaciones que los quesos ofrecen.
Gracias Ana Paixao y equipo por la invitación.