Por Sebastián Casabé
El jueves 6 de junio tuvo lugar una nueva edición del encuentro denominado “López de punta a punta” organizada por la mítica bodega López.
La particularidad de este evento, que lo hace atractivo y único, es que quienes tienen la posibilidad asistir, pueden degustar antiguas añadas de los grandes clásicos de la vinicultura Argentina. Este año coincide, a su vez, con el aniversario del fallecimiento de Don Carlos Alberto López, artífice y presidente de la bodega que, desde su desaparición, dejó en manos de sus hijos y nietos el manejo integral de la bodega.
Quien abrió el encuentro con un mensaje cargado de emoción fue su hijo, Eduardo López Laurentz, quien contó que la idea de crear estos encuentros surgió en una amena charla con el recordado Miguel Brascó (1926-2014) con la idea de poder mostrarles a los consumidores todas sus líneas de vinos. Desde el famoso Vasco Viejo hasta el legendario Montchenot. Al estar transcurriendo los 120 años de la bodega (actualmente se encuentra entre las 30 empresas más antiguas de nuestro país) y con deseos de presentar los nuevos cambios que estuvieron forjándose durante los últimos años, algunas de las etiquetas que supieron hacer historia mostraron un carácter distinto a lo que supieron expresar en cosechas anteriores.
Hoy es posible encontrar ejemplares con mayor intensidad frutal, juventud y estructura. Algo que Eduardo dejó en claro es que esto no los aleja del famoso “estilo López” sino que la búsqueda se centró en lograr ciertas adaptaciones propias del los tiempos que corren. Otra de las cuestiones que me resultaron interesantes es notar cómo el estilo comunicacional de la bodega sigue la línea de la simpleza. Al escaparse de todo tecnicismos a la hora de comunicar los atributos de sus ejemplares y dejando en claro que la mejor forma de disfrutarlos es en familia y acompañado por un buen plato, logran que sus vinos sigan siendo elegidos por diferentes generaciones.
Entre las novedades presentadas (y que más llamaron mi atención) encontré el Montchenot rosé, un espumoso fresco y cargado de fruta. En el clásico López Cabernet Sauvignon cosecha 17 descubrí un ejemplar ligero de estilo actual. Ideal para la mesa diaria. El inmenso Rincón Famoso 2016 me pareció espectacular así como el Chateau Vieux cosecha 2013. La perla de la noche fue tener la posibilidad de hacer una degustación vertical de los legendarios Montchenot. Probamos la cosecha ´83, ´88, ´99 y 2004, toda una hermosa experiencia que demuestra la importancia del equilibrio general de un vino. Emociona verlos tan vivos. Estaban intactos. Como si el tiempo, no hubiese transcurrido.