Por Sebastián Casabé
Con la colaboración de consultora STG, Vinventions, empresa líder en soluciones para los cierres de vino, organizó un encuentro online junto a diversos actores de la industria con el objetivo de debatir cuáles siguen siendo los prejuicios y preferencias de los consumidores a la hora de elegir un vino.
Sumando diferentes puntos de vista, quienes estuvieron presentes fueron: Joaquín Alberdi (propietario de “JA!”, una de las vinotecas más importantes del país), Mariano Fresco (Sommelier y docente), Mariela Vieytes (Sommelier del restaurante Anchoita) y Andrés Belinsky (Gerente General de Vinventions).
La introducción, por parte de Andrés, puso en contexto la situación actual de Vinventions. LA empresa especializada en el taponado de vinos se encuentra presente en más de cincuenta países. Son responsables de sellar una de cada siete botellas alrededor del mundo y en Argentina, gracias Nomacorc (su marca principal de tapones de fibra vegetal que aseguran evitar la aparición de TCA), sella uno de cada cuatro.
Si algo tienen en común un Sommelier, el dueño de una vinoteca y un comunicador del vino, es que están en constante exposición. Ya sea recomendando, asesorando o participando de nuevos proyectos, el estar en contacto permanente con clientes hace que tengan el tacto suficiente como para determinar cuándo un consumidor se encuentra en una disyuntiva por falta de conocimiento o por una desconfianza basada en prejuicios.
Frente a la pregunta inicial sobre cuáles siguen siendo las dudas e inseguridad más habituales que observan en los consumidores, Mariela estima que como la mayoría de las personas tiene por costumbre resolver la compra del vino en un supermercado de barrio, una leve e injustificada desconfianza suele aparecer al acercarse por primera vez a una tienda especializada en vinos. Esto puede llegar a ser algo intimidante para quien carece de conocimiento. Según Vieytes es clave derribar este primer prejuicio y confiar en el vinotequero. Es quien tiene la comprensión suficiente para guiar y asesorar. El objetivo de quienes atienden estos espacios no se reduce a concretar una venta sino a despertar el interés de los consumidores acercando opciones en base gustos y posibilidades económicas.
Joaquín Alberdi, con amplia experiencia en el tema, considera importante señalar que los vinos elegidos en una vinoteca son adquiridos de forma directa a la bodega. “Este es un respaldo que otros canales de venta no pueden brindar. Si los consumidores pudiesen entender cómo disminuyen los potenciales inconvenientes y defectos cuando compran un vino que estuvo bien cuidado desde su origen, pensarían dos veces a la hora de adquirirlos por otros medios”. Alberdi considera que el cuidado del vino es parte del respeto que se tiene que tener con el cliente y el hacedor. Por otro lado, si la botella elegida presenta algún problema, tiene asegurado el cambio.
Otra interesante mirada fue la que aportó Mariano Fresco al comentar que muchos consumidores piensan que los grandes vinos sólo pueden ser producidos por grandes bodegas. Según observa, en la actualidad existen sobrados ejemplos de pequeños proyectos que producen ejemplares de calidad deslumbrante. “Si siempre compras el vino a la vuelta de tu casa, la oferta termina siendo muy limitada”, afirma. “El consumidor tiene que dejarse asesorar para conocer nuevos exponentes”. Actualmente existen proyectos que desean revalorizar zonas (e incluso cepas) que formaron parte del paladar argentino durante décadas. Sólo así podremos dejar de ser reconocidos exclusivamente por el Malbec.
El maldito TCA
El temido TCA (Tricloroanisol) es un compuesto que se forma por un contacto entre ciertos tipos de hongos filamentosos con sustancias cloradas generando aromas a enmohecimiento o cartón mojado. Éste indiscutible defecto formado sobre la celulosa del corcho (o de la madera) constituye un grave problema en la industria del vino. Se estima que el cinco por ciento de las botellas a nivel mundial presentan TCA. Como en el mercado hay diferentes tipos de cierres y los consumidores tienen preconceptos muy arraigados, Belinsky contó sobre la importancia que Vinventions le otorga a la educación del consumidor. Entre los mitos más usuales sigue presente la idea de que el tapón sintético y la tapa a rosca están destinados a vinos de baja calidad. Este es otro mito que sería interesante desterrar. Ninguna bodega ahorraría dinero en los sistemas de cierres ya que es un punto clave para la correcta conservación del vino. Sobre este punto Vieytes agregó que, cuando aparece un vino con TCA, no hay que juzgar a la bodega. “Dicha complicación puedo haber aparecido en una botella puntual o incluso en un lote en particular”. Los cierres libre de TCA como los que ofrece Vinventions, juega un papel fundamental para evitar la aparición de este defecto que tantos inconvenientes causa.
Una cuestión cultural
Si hay un punto en el que todos los panelistas coincidieron, es que el ritual del descorche deja de estar presente con la tapa a rosca. Esto tiene un componente cultural muy fuerte ya que en países como Australia, una inmensa cantidad de vinos están cerrados con este sistema. Dejar de pensar que la tapa a rosca está destinada a vinos de baja gama es clave. El método de cierre jamás determina la calidad del vino.
Si bien descorchar una botella tiene algo “romántico”, los panelistas coincidieron en que aceptar otros métodos de cierre no es algo que hará desaparecer el “ritual del descorche”. Alberdi considera que es una cuestión cultural. “Lo mismo sucede con las botellas de vidrio que pesan un kilo. La calidad de un vino no pasa por ahí”, aseveró.
El último tramo del encuentro estaba enfocado en debatir qué peso tiene la etiqueta en la elección del vino. Todos coincidieron en que la etiqueta juega un rol fundamental. Fresco comentó: “en muchas oportunidades la primera botella la vende el departamento de marketing y, la segunda, el contenido.” Alberdi agregó que si bien el diseño de la etiqueta tiene peso propio, la bodega que produce el vino sigue siendo un factor de calidad para la gran mayoría de consumidores. “Funciona como garantía para muchos consumidores que, en ciertos aspectos, siguen siendo conservadores”.
En líneas generales el encuentro me pareció muy interesante. Como comenté en mi anterior nota, debatir sobre los mitos y prejuicios que siguen latentes es el primer paso para lograr que los consumidores se acerquen al vino libre de todo preconcepto que, en definitiva, va en detrimento del disfrute.
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