Por Sebastián Casabé
Durante los últimos años una nueva ola de vinos invadió las góndolas. Ya sea por su frescura o por su amplia paleta de sabores y estilos, el aumento en su consumo no deja dudas: los rosados (o rosé, como suelen llamarse) llegaron para quedarse.
Este crecimiento sostenido, que puede observarse en la cantidad de nuevas etiquetas que ofrecen las bodegas, desea captar a un público diverso que hoy busca estilos sencillos pero elegantes, de chispeante acidez e ideales para diversos momentos de consumo.Como nota en conjunto con Argentina Wine Bloggers, hoy volvemos a lanzar un nuevo #AWBDescorcha recomendando #Rosados
Lo que eran, lo que son
Durante muchos años en nuestro país los vinos rosados corrían con total desventaja. Eran considerados una especie de subproducto de vinos tintos y estaban destinados a quienes no se animaban a los ejemplares intensos. Pero como el mundo del vino también tiene sus modas, en la actualidad dejaron de ser un genérico para convertirse en protagonistas. Ahora se cosechan uvas pensando en rosados, con recolecciones anticipadas a fin de ganar frescura y bajo alcohol, junto a maceraciones cortas buscando colores delicados que nos recuerdan a la piel de una cebolla.
¿Cómo se elaboran?
Existen diversas formas de elaborarlos. Las maceraciones cortas (también llamadas atenuadas) así como el “sangrado”, son dos de ellas. En el primer caso las maceraciones de cepas tintas son por tiempos breves y a bajas temperaturas a fin de extraer color y aromas. El lapso de las maceraciones puede ir desde las pocas horas hasta días, dependiendo el resultado que se desee obtener. El método denominado “sangrado” consiste en extraer parte del mosto, que se fermenta sin la presencia de los hollejos, en una etapa temprana de la elaboración para que no exista mayor transferencia de color al mosto. El líquido restante seguirá su proceso de elaboración de un vino tinto.Es interesante aclarar que cualquiera de las opciones elegidas es una decisión pura y exclusiva del equipo enológico según lo que se quiera lograr.
Mis recomendados
Durante las últimas semanas pude probar dos ejemplares diversos. Ambos llamaron mi atención. Uno por su sencillez y delicadeza y el otro por el varietal con el que está elaborado.
“Críos” Rosado de Malbec, 2019
“Críos”, la línea de vinos jóvenes de Susana Balbo Wines, a mi criterio siempre entregó una consistente calidad en todos sus varietales. En este caso y con una etiqueta renovada lograron un rosado de Malbec realizado mediante el método de sangrado que extrajeron del “Susana Balbo Signature Malbec”, otro inmenso vino que recomendé en reiteradas oportunidades.Esta nueva cosecha ofrece un ejemplar bastante expresivo en aromas. Si bien predomina la fruta roja, también encontré notas florales y hasta especiadas. Un vino seco, de buena acidez y con un nivel de alcohol que llamó mi atención: 14.5. Si bien no es del todo habitual para un rosado, gracias a su frescura se encuentra bien integrado. La sutil aparición de gas carbónico sumado a una leve astringencia hizo que el vino me resulte interesante e ideal para comidas picantes. Ahora que comienza el calor, estos son los vinos que se necesitan.
“Críos”, la línea de vinos jóvenes de Susana Balbo Wines, a mi criterio siempre entregó una consistente calidad en todos sus varietales. En este caso y con una etiqueta renovada lograron un rosado de Malbec realizado mediante el método de sangrado que extrajeron del “Susana Balbo Signature Malbec”, otro inmenso vino que recomendé en reiteradas oportunidades.Esta nueva cosecha ofrece un ejemplar bastante expresivo en aromas. Si bien predomina la fruta roja, también encontré notas florales y hasta especiadas. Un vino seco, de buena acidez y con un nivel de alcohol que llamó mi atención: 14.5. Si bien no es del todo habitual para un rosado, gracias a su frescura se encuentra bien integrado. La sutil aparición de gas carbónico sumado a una leve astringencia hizo que el vino me resulte interesante e ideal para comidas picantes. Ahora que comienza el calor, estos son los vinos que se necesitan.
Punta de Flechas, Rosé 2019
Hace pocas semanas estuve en la presentación que Pablo Richardi, enólogo y director de Bodega Flechas de los Andes, organizó en una reconocida vinoteca de Palermo a fin de presentar su novedad: un nuevo rosado elaborado íntegramente de Tannat. Vaya sorpresa. Nunca había tenido la posibilidad de probar un rosado de Tannat. Lo primero que me impactó fue su acidez. Mordiente. Bajo ningún punto la esperaba. Me agarró por sorpresa. No hablo de una acidez despareja sino de un estilo buscado por el enólogo gracias a sus cosechas tempranas a fin de ganar frescura. A los pocos minutos me fui acostumbrando y empecé a entenderlo. Con un precioso color rosa cristalino y sutiles aromas, me parece ideal para probar algo realmente diferente.
Ambos vinos los recomiendo para ocasiones diversas. Incluso pueden compararlos y así notar cómo las diferentes variedades y estilos de elaboración regalan rosados cada vez más interesantes y sobre todo, elegantes.