Por Sebastián Casabé
Como no existe nada más gratificante para un comunicador del vino que conocer nuevos proyectos, en la siguiente nota quiero contarte mi último descubrimiento: los vinos de Ginard Ballester.
El pasado jueves 12 de septiembre, en la bella Malbequería, Bodega Ginard Ballester presentó sus vinos. Quien nos recibió fue la Sommelier Regina Smoglie, quien, con su calidez y amabilidad, se encargo de darnos la bienvenida para contarnos sobre el interesante proyecto y presentar a los miembros del equipo enológico.
Hugo Ballester, dueño y fundador de la bodega, nos comentó que en sus comienzos se dedicó a la producción de manzanas y elaboración de sidra. En la actualidad, es el dueño de la prestigiosa marca “La Farruca”.
Si bien en un comienzo el proyecto de generar una bodega productora de vinos comenzó como un simple deseo, cobró fuerza por un imprevisto: los antiguos manzanos mermaron drásticamente su producción. Fue en aquel momento en donde Hugo decidió reemplazar sus viejos cultivos de manzanos y duraznos por plantaciones de vides. En la actualidad, cuentan con 77 hectáreas de diversas variedades.
Como la bodega se compró originalmente para depósito de sidra, dado el nuevo rumbo decidieron reformarla. En la actualidad cuentan con piletas de hormigón y una amplia sala de barricas subterráneas en donde descansan parte sus vinos íconos como el “Hache”, un blend estilo bordelés.
Los vinos
A continuación, un breve repaso por los ejemplares presentados.
Malbec, Los Abrojos 2017
Bien fluido, fresco y con el toque moderno que entregan los Malbec jóvenes de Uco. Invita a beberlo con facilidad y es adaptable a diversas situaciones de consumo.
Ginard Ballester, Gran Reserva, Malbec 2015
Algo maduro en aromas con notas balsámicas. La madera presente aunque bien integrada, logra un Malbec de estilo más bien tradicional.
A diferencia del Gran Reserva, el Malbec de Parcela es más elegante y sutil tanto en aromas como en sensaciones percibidas.
Antonia Ginard, Petit Verdot 2017
Distinto. De los ejemplares probados fue, a mi criterio, el más llamativo.
Inti Nahuel, winemaker del equipo, comentó que la cosecha la realiza a principios de mayo lo que produce una buena cantidad de alcohol potencial por la madurez de las bayas. El aporte de barricas americanas y francesas de primer uso terminan por redondear al vino. Encontré un ejemplar que no se asemeja a un Petit Verdot tradicional. Esa potencia propia de la variedad no está presente. Aún con 14.7 de alcohol y 15 meses de barrica, gana por su fluidez sin perder estructura. Todos los componentes muy bien integrados.Ideal para quienes quieran comenzar a descubrir una variedad que suele impactar por su robustez.
Abierto en exclusiva para la ocasión, el botellón de 15 litros fue un lindo cierre. También en presentaciones de 3 y 6 litros, este corte compuesto por Malbec, Cabernet Sauvignon y Franc más un toque de Petit Verdot conjuga potencia aromática y gustativa. Ideal para cortes de carne e intensas comidas.
Agradezco mucho la invitación. Un placer haber conocido este interesante proyecto.