Por Sebastián Casabé
Tener la oportunidad de charlar con Elisabeth Checa hace que entiendas por qué el vino es para todo el mundo. Desde un lugar sencillo, Elisabeth nos explica que lo más importante a tener en cuenta a la hora de probar un vino, es poner la atención en el disfrute.
“Hay que hacer más seductor el lenguaje del vino”
La comunicación del vino
A la hora de leer tus reseñas se disfruta la facilidad con la cual comunicas tus percepciones. ¿Cómo lográs transmitirle al lector el deseo de probar un nuevo vino?
Ante todo pienso que no se puede comunicar herméticamente un vino. Muchos sommeliers lo comunican de un modo en el cual la gente no termina de comprender lo que se quiere transmitir. A modo de ejemplo: si vos le decís a un consumidor que en el Malbec tiene que encontrar aromas a violetas y éste no lo encuentra, pueden suceder dos cosas, o piensa que el vino está malo o que no tiene la capacidad para descubrirlo. Al vino hay que hacerlo más amigable. En mi caso trato de comunicarlo con un lenguaje más seductor para generar ganas de tomar ese vino. Otro tema importante es que para saber comunicar un vino hay que escribir y leer. Leer abre la cabeza. La gente lee cada vez menos y quien escribe sobre vino tiene que instruirse. No puede leer sobre vinos y nada más.
Pareciera ser que tomar un vino se volvió complicado. Muchos consumidores frente a una copa de vino se frustran al no poder apreciar todas esas sensaciones de las que tanto leyeron. ¿Cómo podemos lograr que el consumidor vuelva a encontrar la simpleza a la hora de tomar un vino?
Yo creo que el vino es para comer. Vos no te vas a tomar un vino tinto con mucho cuerpo como aperitivo. Una herramienta que utilizo para que el consumidor vuelva a encontrar la simpleza a la hora de probar un vino es tratando de despertarle el deseo mediante la asociación con una comida. Quiero que quien lea mis reseñas se pueda encontrar disfrutando desde un espumante con ostras hasta una Bonarda con los ravioles de la nona. Quiero que la gente se lo pueda imaginar.
En tiempos en donde el consumo de vino no deja de descender y el aumento en los valores de las botellas se ha disparado ¿Creés que una comunicación eficiente es una herramienta eficaz para atraer nuevos consumidores?
Totalmente. Una correcta comunicación, con una forma sencilla y agradable, es una herramienta fundamental para atraer nuevos consumidores. Es por eso que creo que hay que hacer más seductor el lenguaje del vino. No hay que olvidarse que detrás de cada vino hay una historia. El vino se expresa como si fuese una persona. Vos podes hablar de un vino como si fuese un amigo. Necesitamos encontrar atributos más amigables.
Y por querer hacer de tus reseñas algo más simple preferís no puntuar los vinos que probas para tu guía.
En parte sí porque creo que el vino tiene que ver con la circunstancia. Un vino te puede encantar en ciertos momentos y en otros lo podés detestar. Como hay muchos factores que pueden influir a la hora de puntuar un vino, prefiero no hacerlo. No es lo mismo tomar un vino en un precioso lugar con una grata compañía que tomarlo solo en tu casa con un bife seco. Esto es más existencial que esencial.
Mi cómplice y todo
¿Por qué odias la palabra maridaje?
Porque es una palabra que se le impone a la gente y que no es nuestra. Es una palabra que vino de España en los noventas. Es una tontería. Sobre todo cuando se usa como verbo. Prefiero hablar de acuerdos o complicidad.
¿Hay algún consejo que podamos aprender para poder combinar un plato con un vino y descubrir algo diferente?
Mirá, hace muchos años que soy militante de los vinos blancos. A los argentinos que son amantes de las comidas grilladas les recomiendo probar ciertas achuras con este tipo de vino. Chinchulines, mollejas de chivito o morcillas con peras, es algo exquisito para acompañar con un buen Chardonnay. Otros vinos que me encantan e incentivo a probar son los nuevos rosados. Esos rosados sutiles llamados “piel de cebolla”. Son secos, con aromas tenues y con buena acidez. Combinan perfecto con platos peruanos o de la cocina del sudeste asiático.
La alianza entre vinos tintos y quesos es todo un tema. Están los que defienden a ultranza dicha combinación mientras que otros son grandes detractores de los quesos intensos con vinos concentrados ¿Qué hay de cierto en todo eso?
No es del todo cierto. La realidad es que todo queso tapa los defectos del vino. En mi caso, al no ser amante de los postres, me gusta terminar una comida con quesos.
Creo que para los tintos están buenos los quesos duros y picantes. El resto de los quesos (Azules, tipo Camembert, Brie) van muy bien acompañados con vinos blancos. Otra combinación exquisita son los Oportos y lo quesos. La relación entre vinos dulces con quesos me parece muy interesante. Igualmente, lo que siempre repito es que la gente tiene que tomar un vino con el tipo de queso que prefieran.
Un par mas y no jodemos mas¿Qué opinión te merece que los enólogos de hoy en día sean vistos como estrellas?
Es interesante tu pregunta. A mí me parece muy bien que los nuevos enólogos exploren diferentes posibilidades y trabajen en forma seria para hacer vinos diferentes. Creo que los nuevos enólogos todavía no se creen estrellas de rock, cosa que sí pasa con algunos cocineros. Por el momento, la actividad del vino es algo muy noble que yo respeto mucho. Siempre se está en búsqueda de algo nuevo, ya sea en seguir entendiendo el terruño o realizar elaboraciones nuevas.
Si bien Argentina es reconocida mundialmente por su Malbec, muchos consumidores desean conocer otros exponentes y no saben por dónde comenzar ¿Algún consejo que puedas brindarles?
Creo que si el consumidor quiere asomar la cabeza e ir saliendo un poco del Malbec tiene que probar cosas distintas. Puede comenzar a tomar vinos que contengan Malbec pero también tengan el aporte, por ejemplo, de un Cabernet Franc o un Cabernet Sauvignon. Quizá de ese modo al consumidor que toda la vida tomó sólo Malbec le cueste menos el “pasaje” a otra cepa. Igualmente pienso que para conocer no queda otra que ir probando nuevas cosas. Hay cosas que uno no puede contar.
¿Por qué creés que se le está dando mayor importancia a la Bonarda cuando en la Argentina siempre fue utilizada para vinos sencillos
Para empezar, la Bonarda es una uva muy compleja. Ni siquiera se sabe qué es la Bonarda. Ni en Italia se sabe. Primero: la Bonarda Argentina no es italiana sino que viene de Francia (allí es conocida como Corbeau). En la Argentina hay algo llamado Bonarda que viene de Francia y que puede ser interesante. Particularmente me gusta menos que otras variedades aunque la Bonarda que hace “Colonia las Liebres” con poco aporte de madera me parece muy interesante así como también su espumante.
Como asidua conocedora de historias y situaciones que a través de los años te hicieron rica en experiencias ¿Qué es lo que te sigue atrapando del mundo del vino y la gastronomía para estar siempre en búsqueda de nuevos desafíos?
Me atrapa que siempre haya cosas nuevas. El mundo del vino no deja de regalarme gratas sorpresas. Hay zonas vitivinícolas que están aportando ejemplares muy interesantes que enriquecen al mundo del vino. Zonas como La Rioja, Jujuy o los vinos que nacieron hace un par de años en Chapadmalal, muestran que hay un camino del que todavía tenemos mucho por recorrer. Lo mismo sucede en la gastronomía con las fusiones que se están dando gracias a la recuperación de ciertos productos autóctonos. Todavía es muy amplio el mundo de la gastronomía y el vino. Me parece algo fantástico.
Fuera de programa
¿Alguna vez se preguntaron cuándo devolver un vino en un restaurante? Y si quieren ir a comer a un lugar en el cual el vino es el protagonista ¿Saben a dónde ir? Con una interesante propuesta para quien quiera conocer desde un modo descontracturado el mundo de la gastronomía y los vinos, Elisabeth Checa y María De Michellis escribieron un libro llamado “Cartas sobre la mesa”. Con gran contenido periodístico, esta propuesta didáctica y divertida permite que todos podamos encontrar respuesta a lo que alguna vez dudamos en preguntar.